Contexto social politico

En Colombia, los falsos positivos fueron un fenómeno devastador ocurrido principalmente durante los años 2000, donde miembros del ejército presentaron a civiles inocentes como guerrilleros muertos en combate, con el fin de mejorar las estadísticas de lucha contra el conflicto armado. Estas víctimas, en su mayoría jóvenes de bajos recursos o campesinos, fueron asesinadas, secuestradas y luego presentadas como bajas en combate. El escándalo de los falsos positivos dejó miles de víctimas, marcó la historia reciente del país y profundizó la desconfianza hacia las instituciones, mientras que las cicatrices de esta tragedia siguen presentes en la memoria colectiva.
«Falso Negativo» es un proyecto artístico multidisciplinario que aborda el sufrimiento y la resiliencia en un contexto de violencia y desplazamiento en Colombia, enmarcado dentro de los efectos del fenómeno de los falsos positivos. La obra sigue las vidas de Tumbo, un campesino desplazado del Catatumbo que pierde a su familia en medio del conflicto armado, y Diego, un artista callejero que vive al margen de la sociedad y lucha contra el estigma de ser considerado un «marginal» por su elección de vida.
Ambos personajes, unidos por la adversidad y el rechazo, encuentran en el circo y la música un refugio, pero también una forma de resistencia. A pesar de las dificultades que enfrentan en un mundo hostil y lleno de obstáculos, Tumbo y Diego logran superar sus propias barreras gracias a su vínculo y a la creatividad que surge de su dolor compartido. Juntos, transforman sus cargas emocionales en actos de expresión artística, demostrando que, en medio de la exclusión y la violencia, la solidaridad y la unión pueden ser herramientas poderosas para sanar y resistir.
Dirigido por Bufoneta.es y ejecutado por Circo Sombra, «Falso Negativo» se convierte en un homenaje a la valentía de quienes, pese a las heridas de la guerra y el abandono, siguen luchando por la dignidad y el derecho a una vida mejor. El proyecto invita a reflexionar sobre cómo el arte puede servir como un medio para transformar el sufrimiento en esperanza, mientras se cuestiona la violencia estructural y social del país.